Esta es la etapa que consiste tanto en planeación, como seguimiento y control
de todo lo que va pasando a lo largo del proyecto, de tal manera que resulta
ser iterativa hasta la terminación de las tareas involucradas.
Esto resulta clave para garantizar que el trabajo se mantenga en el camino
hacia el éxito.
Se supervisan ocho elementos (tareas, cronograma, presupuesto, calidad, personal, riesgos, comunicaciones, proveedores), a la vez que se agregan tres documentos (declaración de alcance, estructura de trabajo, bitácora de cambios e incidencias), mismos que quedan a cargo del líder para su administración.
En nuestra experiencia, si un proyecto resulta demasiado sencillo, involucra pocas personas, está muy definido y/o durará menos de un mes, nuestra recomendación es irse directamente por aplicar Scrumban para su seguimiento y control, ya que documentar todos estos pasos anteriores es hasta cierto punto más un desgaste que una inversión.