Seleccionar una metodología adecuada es fundamental para alinear la gestión del proyecto con los objetivos y necesidades de la empresa.
Una metodología bien elegida proporciona claridad en la planificación,
ejecución y control, lo que permite optimizar recursos, minimizar riesgos
y garantizar el cumplimiento de los plazos y presupuestos.
Además, fomenta una comunicación eficaz entre los equipos, asegura la
satisfacción del cliente y facilita la adaptación a cambios imprevistos.
Debido a el que contar con una, aumenta la probabilidad de éxito de los proyectos y contribuye al crecimiento sostenible de la organización, se han desarrollado diversas metodologías para su correcta administración.
En nuestro caso, hemos creado una metodología más ligera que combina el PMBOK,
Scrum y Kanban.
PMBOK nos permite establecer la estructura y objetivos iniciales
del proyecto, a la vez que nos permite controlar el presupuesto y cronograma.
Scrumban (Scrum + Kanban) se implementa en el desarrollo de tareas
y objetivos concretos, ajustando las actividades de acuerdo a las necesidad inmediatas
evitando caer en la rigidez de la metodología anterior, pero apegándose a la prespuestación
y objetivos estratégicos del proyecto.
Hay que mencionar que nuestra metodología toma ciertas libertades respecto a las anteriores, ya que no es tan rígida como el PMBOK, ni tan flexible como Scrumban. Esto lo hemos hecho así para agilizar desarrollos de proyectos pequeños. Ya en el caso de microproyectos optamos por un Scrumban más de acuerdo a la metodología; como en el caso de grandes proyectos, ahí optamos por un PMBOK más estricto.
Las ventajas que nos proporciona este modelo son:
Esto nos permite integrar la eficiencia, calidad y capacidad de respuesta en una misma administración de proyectos. La información y documentación contenida en el resto de secciones parte de dicha práctica.